jueves, 23 de agosto de 2012

¿Me visitáis?

Si, como podéis ver he regresado. Siento mucho, pero muchísimo, averme ido sin avisar. Pero los problemas se me agolpaban de golpe y no tenía más remedio que dejar a un lado mi historia.
¿He dicho ya que lo siento? Si, creo que si. Pero de nuevo: LO SIENTO.

Pero como en la vida, no todo es malo, porque ahora que vuelto os traigo muchas cosas nuevas...
Y ahora podéis disfrutar de un nuevo blog que he creado. Visitarme:
http://smilesatrisk.blogspot.com.es/
Gracias a todas y espero que pronto os paséis por mi página para seguir leyendo mis capítulos.
Besazos a todas vosotras que me apoyáis, y a los que espero que lo agáis.

jueves, 21 de junio de 2012

Capítulo 7. ¿Te conozco?


Sé que he tardado bastante, y lo siento mucho, pero he estado de exámenes y castigada. Por lo que no he podido escribir. Pero... ¡¡Aquí lo tenéis!! ¡Espero que os guste!

Después de la confusión por fin viene la noche. Mañana mismo partiremos para visitar el primer Sector. La verdad es que en la cena nos dijeron a cuál iríamos primero, pero yo no me enteré.

Decido ir a hablar con Nathan, ¿qué demonios le pasa? No tengo ni idea, pero lo sabré. Abro la puerta y descubro a un hombre alto y fornido, no como los simples siervos que se suelen pasear por aquí, se parece más a uno de los hombres de seguridad.

-¿Me deja pasar? -Pregunto educadamente al guardia.

-No. -Me quedo perpleja. ¿Qué se cree? -Ordenes del príncipe Darío.

Como no... Entonces se me ocurre una idea.

-Bueno, está bien. No saldré... -Cuando estoy dentro susurro para mí. -...Por la puerta.

Sonrío y salgo por la ventana. Llamo rápidamente a la ventana de Nathan y veo que no dormía, seguramente estaba pensado.

-Entra. -Me susurra. Entro con cuidado y él me ayuda. -Darío no ha dejado que entre ni mi compañero de habitación.

-Ya, es un poquíííto paranoico. -Reímos y de repente nos ponemos serios. -Nathan...

-Dime. -Estamos sentados en la cama y él me mira.

-¿De quién es esa pulsera? -No sé si es la pregunta apropiada, pero en cuanto la mira siempre se pone triste.

-De una... amiga que tuve. -No parece saber las palabras apropiadas y bajar la mirada sé que me está mintiendo.

-Vale, ahora dime la verdad.

No parece pillarle por sorpresa ni una de mis palabras.

-¡¡Nathan!! -Me mira con unas cuantas lágrimas en los ojos, pero intenta que no se le noten. -Dímelo... -Le susurro.

-Verás... Es que... -No sé muy bien que me tiene que decir, pero sé que es muy importante. -No puedo.

-¿Por qué?

-Porque... Si te lo digo tu vida correría peligro.

¿Cómo? Entonces... ¿lo hace para protegerme? Cada vez entiendo menos cosas y todo es más raro...

-¿Qué tipo de peligro?

-Uno del que no saldrías viva. -Intenta darme miedo y pone voz terrorífica y se acerca a mí.

-No le tengo miedo a la muerte. -Digo eso porque es verdad, una vez tuve que elegir entre la vida de mi hermana y la mía. Y la salvé, aun que luego salí viva pero...

-Tú tan descifrable como siempre.

-¿Cómo que como siempre? -Esto no me gusta... Pero algo dentro de mí me dice que ese secreto tengo que descubrirlo, sea como sea.

-Es imposible que te hallas olvidado de mí... -Parece a punto de caer al suelo, pero se recompone y me coge de los hombros, con delicadeza. -Algo se debió de quedar en tu mente.

-Nathan... ¿Qué dices?

-Perdón, se me olvidaba que ya no me querías. Culpa mía supongo.

Se aleja de mí y mi corazón da un vuelco. ¿Cómo? Pero justo en el último momento un recuerdo que pensaba no haber tenido nunca sale de mis labios.
-Do you remember me?
Nathan se da la vuelta y simplemente sonríe, como si tuviera esperanza por algo.
-Esa era mi frase favorita en los labios de mi persona favorita. -Lo que dice es un susurro apenas inaudible, pero consigo oírlo.

-¿Te conozco?

-Neila, tú y yo nos conocimos hace mucho tiempo.

Y con esas palabras, se marcha...

martes, 12 de junio de 2012

Capítulo 6. Preguntas.


Este es un poco corto pero es que tenía un examen y no me daba tiempo a más. Lo siento y espero que os guste. :P

Veo como las piernas de Nathan empiezan a temblar, le sujeto justo en el momento en el que está a punto de tocar el suelo. ¿Qué le pasa?

-Nathan... ¿Qué pasa? -Sigue mirando la pulsera, para luego mirarme a los ojos, y parece estar en otro mundo. Me siento a su lado en el suelo y espero a que me responda.

-Nada... -Otro susurro, otra vez mintiendo.

-¿Y pretendes que te crea? -Ahora estoy cabreada. ¿Qué demonios le pasa? -Mira, Nathan siento como si te conociera de antes pero no sé por qué. Cuando pregunto algo no me contestas y luego me exiges tú cosas.

-¿Cómo puedes ser tan cruel?

-¿Cómo? -Eso no me lo esperaba. ¿Yo cruel?

-No, no, no. Perdón. -Se disculpa rápidamente. Y seguidamente dice por lo bajo, para que yo no lo oiga. -Es culpa de esos... -Vuelve en sí y me pregunta por sorpresa. -¿Me dejas intentar una cosa?

-Depende. -Digo muy lentamente, sin saber muy bien que quiere.

De repente se acerca a mí, me coge la cara entre sus suaves y fuertes manos. Ya sé sus intenciones, y la verdad es que lo buscaba. No me aparto, todo lo contrario me acerco más a él mientras me coge por la cintura. Nuestros labios están a punto de rozarse cuando...

-¡¡Neila!! -Es Darío. Siempre interrumpiendo. -Ven ahora mismo.

Me siento de repente rara. Al casi besar a Nathan unos recuerdos que no parecen estar en mi cabeza intentan ser recordados. Me empiezo a sentir mal y de repente me concentro mejor en lo que ocurre.

-Tú no la puedes exigir nada. -Estaba gritando Nathan a Darío.

-Soy el príncipe y haré lo que yo quiera.

Veo como discuten y no sé por qué hasta que recuerdo las palabras de Darío "Ven ahora mismo" Como si fuera mi dueño.

-Darío, no tienes derecho. -Nathan ya se ha levantado del suelo y se acerca un poco a mí.

Me ayuda a levantarme y me dice:

-Esta noche vengo a buscarte, tenemos que hablar.

Asiento y más preguntas vienen a mi cabeza. ¿Para qué? ¿Por qué?...

-Neila, no quiero que te acerques más a él. Te lo prohíbo.

-¿Cómo? -Nathan ya se ha ido a su habitación y ahora me siento cabreada. ¿Qué se cree este tío?

-Que te prohíbo acercarte a él.

-Tú no puedes prohibirme nada. -Le escupo mientras intento irme de allí.

-Harás lo que yo quiera. -Me coge del brazo y la verdad es que me hace daño. Nathan ya habrá bajado a desayunar y no habrá nadie que me pueda ayudar. Estoy perdida. ¿Qué le habrá picado a Darío?

Empiezo a soltar gritos de dolor, como siga apretando me romperá la muñeca. Entonces unos brazos musculosos y fuertes apartan la mano de Darío sin apenas esfuerzo. ¿Qué hace ahora este aquí?

-Nike... -Susurro. -Gracias.

-Tú... -le apunta con el dedo Darío.

-¡Fuera! -Cuando Darío ha salido corriendo Nike me lleva a la enfermería.

Me ponen una venda y dicen que por casi no me ha pasado nada. Otra vez que le tengo que dar las gracias a Nike.

-De verdad, muchas gracias.

-No, te lo debía. Siento haberme portado tan mal contigo el otro día.

-Eso no es portarse mal. Es...

-Idiota. Lo sé. Por eso quería pedirte perdón.

-Vale, te perdono. Pero no vuelvas a hacerle eso a NADIE. ¿Vale?

-Entendido.

De repente Nike parece otra persona. En vez de bajar a desayunar nos quedamos en la terraza hablando.

El único problema de Nike es que ha tenido una vida fácil. Muchas chicas salían con él por ser tan guapo y fuerte, pero en seguida él se cansaba de ella porque no tenían personalidad. Es una persona muy distinta ahora que lo conozco mejor.

Cuando nos despedimos me voy a la cama, aun que es pronto. Las preguntas vuelven a mi cabeza:

¿Qué le pasa a Nathan? ¿Qué narices es aquella sensación cuando casi llego ese beso tan deseado? ¿Era nostalgia? ¿Desesperación? (No, no creo) ¿Tuve algo en común con él que no recuerdo?

Nike es otro. ¿Qué mosca le picó el otro día? ¿Siente algo por mí?

Darío está muy borde. ¿Estaba celoso? Si, lo parecía?

¿Sentía algo por Nike? ¿Sentía algo por Darío? ¿Sentía algo por Nathan?

Preguntas sin respuesta.

¿¿??¿¿?¿??¿?¿?¿¿¿¿?¿???¿?¿?¿?¿?????¿¿?¿?¿?¿?¿?¿¿?¿¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿¿¿¿¿????¿?¿?¿?¿?¿¿¿?¿?¿??¿??

domingo, 10 de junio de 2012

Capítulo 5. Empieza la locura del amor.


-Neila... ¡Neila! -Alguien me llama insistentemente moviéndome del hombro con delicadeza.
-Qu... ¿Qué? -Abro los ojos y veo a Beid enfrente mía. -Beid...
-Hay un chico que te llama en la terraza. -Me despierto de golpe deseando que no sea Darío, ya no sé como mirarle a la cara sin morir de vergüenza. Fue el segundo beso en toda mi vida, lo que me hace recordar de nuevo lo que pasó hace tantos años.
-¿Es Darío? -Pregunto mientras intento despejarme.
-No... ¿Por qué tendría que ser él? -Todavía sigo dormida y camino como un zombie.
-Nada, sólo porque ayer me beso. -Se me escapa. Maldito sueño.
-¿¡Cómo!? ¡Cuenta, cuenta!
-Ahora no, dime de qué sector es por lo menos.
-Vale. -Beid se levanta de mí cama y se acerca a la ventana. -Espera un momento, ahora sale. -El chico debe de asentir y Beid vuelve a mi lado. -De tú sector.
-Nathan... -El nombre sale sólo de mis labios y cuando me doy cuenta de que puede ser él me levanto de golpe. -Beid, dáme el cepillo del pelo por favor.
-Claro. -Se acerca al tocador y me trae el peine. -¡Luego me cuentas eh!
-Por supuesto. -La guiño un ojo y ella se acuesta en su cama para seguir durmiendo.
Salgo todavía con cara de sueño pero mucho más despejada. Me he peinado y me he lavado la cara, lo que me hace estar un poco más atenta.
-Hola guapa. -Me sobresalto un poco tras sus palabras, para luego sonreír y girarme.
-Hola Nathan. -Él está apoyado junto a una columna al lado de la pared y yo me acerco a la barandilla, justo en el otro lado. -¿Qué querías?
-Sólo preguntarte una cosa, ¿te gusta... Darío? -Se acerca a mí y parece un poco molesto.
-N... No. ¿Por qué? -Nunca expreso lo que siento verdaderamente, en el Sector Koala todos decían que era una chica sin sentimientos y un poco rarita, pero lo único que quería era no parecer débil. Yo pasaba de ellos y punto.
-Pues para que no te guste... Anoche le besastes.
-¿Qué? -Le miro haciendo que sepa lo perpleja que estoy. -¿Y tu qué sabrás?
-Te ví.
-Y yo a tí. -Eso no se lo esperaba pero una parte de mí ya sabía que era él. Como si le conociese de toda la vida.
-Me lo suponía. ¿Por qué le besastes?
-¡Yo no le besé! ¡Fue él! Y además, ¿a ti que te importa?
-¿A mí? Nada. -Me resulta extraño que ese nada lo haya dicho con un susurro, pero en seguida le quito importancia. -No te creas tan especial. Que muchos chicos estén por ti no significa que me tengas que gustar a mí.
-¿Y se puede saber cuando he dicho yo eso? -Le miro a los ojos y los aparto molesta, Nathan me mira directamente y me empieza a doler la cabeza, pero tengo que seguir adelante pues no me puedo quedar ahora sin palabras. Eso no va conmigo.
-Creo que nunca. -Sigue hablando con susurros bajos mientras juguetea con la pulsera que lleva puesta. Le vuelvo a mirar y veo que ya no me mira, está hechizado por la pulsera y parece añorar algo.
Recuerdo de Nathan:
-¡Nathaan...! -La chica de la que llevo enamorado desde hace muchísimo tiempo me llama mientras mantiene sus manos detrás de la espalda.
-¡Dime! -Se acerca a mí y me besa. Las de veces que nos hemos besado y cada beso suyo es una nueva sensación, sólo tenemos 11 años y para mucha gente somos demasiado pequeños, pero a nosotros no nos importa. Tenemos planeado quedarnos juntos y no separarnos nunca, pase lo que pase.
-Tengo un regalo para tí, hoy hacemos 2 meses. -Me saca la lengua y yo la guiño un ojo, el tiempo con ella se me hace, por suerte, eterno.
Veo que lleva una margarita en el pelo y eso hace sentirme bien. Se acerca a mí, me entrega una pequeña caja de madera y yo la habró. Dentro hay unas pequeñas bolas también de madera.
Nos tiramos el resto del día y la tarde haciendo dos únicas pulseras. Ella termina la suya antes que yo y espera pacientemente a que yo termine la mía. Las pulseras quedan un poco sosas así que saco el regalo que tenía para ella.
-Es precioso Nathan, y justo lo que necesitábamos. -Sonríe como a mí me gusta y empezamos a pintar con sus acuerelas nuevas.
Ella empieza a pintar la mía con puntos blancos y amarillos, formando una margarita. Sonrío y veo como se va a dar una vuelta por los árboles mientras yo termino la suya.
-No te vayas muy lejos. -Le digo sin preocupación.
Pasan 5 minutos y no parece volver. Entonces me pongo un poco histérico y salgo corriendo guardándome la cajita en el bolsillo. La encuentro al lado de un árbol. Me mira y se acerca rápidamente a mí.
-Toma. -Me entrega la pulsera que tenía para mí y cuando yo la voy a dar la mía me dice -: A pasado algo, a partir de ahora haremos como si esto no hubiese pasado. Cuando te vea haré como si no te conozca y cuando nos veamos por la calle no pasará nada.
Voy a decir algo como: <¿Por qué?> o algo así, pero las palabras no salen de mi boca.
-Ahora será como si nunca nos hubiesemos conocido, y no intentes recuperarme.
Miro al suelo avergonzado, herido y llorando. Cuando voy a pedirle una explicación levanto la vista y descubro que ya no está conmigo...

viernes, 8 de junio de 2012

Capítulo 4


Aquí os dejo el Capítulo 4. Espero que os guste mucho, y en el siguiente ya veréis...
;D
Cuando llegamos a donde está todo el mundo nos vemos aturdidos, sin saber que hacer vemos un gran árbol, con una sombra que podrá resguardarnos a todos de este sofocante calor.
Beid y yo vamos al principio del todo, los demás luchan por conseguir las zonas más cercanas al tronco, por lo que no nos cuesta nada quedarnos donde hay un poco de sol.
Pasados unos veinte minutos aparece una chica rubia, de unos treinta y pocos años.

-Hola a todos, soy Agatha. -Nos mira a todos cogiendo las primeras impresiones que causa. -Acompañarme por favor.
Nos levantamos cansados y un poco aburridos. Seguimos a Agatha por un pequeño bosquecillo y llegamos a una construcción de cemento. En la gran puerta hay dos hombres altos y corpulentos. Agatha los hace apartarse con un movimiento de cabeza, éstos abren las dos pesadas puertas. Seguimos a Agatha aún más adentro hasta llegar a una puerta de marfil.
-Pasar, el rey Larry os espera. Un consejo: no os quedéis mirando ni a la reina Magendra ni al príncipe Darío, es una prueba que siempre hace el rey.
Muy pocos de nosotros asienten y Agatha nos deja. Encabezados por la banda de los leones nos inclinamos delante del rey y veo como todo el mundo mira en otra dirección. Me giro y veo que los observados son la reina y el príncipe Darío. La reina tendrá unos cuarenta años aproximadamente y Darío unos dieciséis. A diferencia de los demás, yo aparto la mirada rápidamente y veo como el rey nos mira con una sonrisa. Hasta que posa los ojos en mí, el rey me ve y yo le miro a los ojos. Larry da una fuerte palmada y los demás, que parecían hechizados, vuelven en sí y miran al rey.

-Bueno, bueno, bueno... -Dice el rey con una sonrisa. -Señorita, venga aquí.
Veo que me señalaba a mí y todos me hacen un pasillo extrañado, en los ojos de los demás veo que mi cara expresa sorpresa. Empiezo a llegar a la banda de los leones y veo como Nike me sigue mirando con una asquerosa sonrisa cariñosa. Le devuelvo la sonrisa con chulería y veo como su expresión cambia, expresando sorpresa. No creo que nadie le hubiese hecho esto jamás, todas debían caer a sus pies como moscas.
-¿Cómo te llamas preciosa? -Su cumplido me deja inmóvil, pero soy rápida en contestar.
-Neila majestad.
-Sector Koala ¿no? -Yo asiento y él me sigue mirando. -Eres la única que no ha hecho como todo el mundo, ¿se puede saber por qué razón?

-Por supuesto majestad. -No le puedo decir que por qué me lo advirtió Agatha así que saco la personalidad por la que todos me conocen, la rebelde. -No tenía ninguna razón para hacerlo.
-¿Cómo? -El rey parece sorprendido, como todos. -¿No... Te gusta mi hijo?
-Haber señor, entiéndame. Su hijo es un chico muy guapo y atractivo pero... no me gusta.
-¿Y qué es lo que no te gusta de él? -Esa respuesta es fácil.

-No le conozco. -Me encojo de hombros -Sólo por verle no me tiene por qué gustar, la personalidad es muy importante.
-Darío. -Llama al chico que me mira con odio. -Este año viajarás con ellos y tú -me señala a mí -serás su guía, por lo que veo ya has tenido alguna que otra pelea ¿no? -Asiento perpleja y veo a Darío de reojo. -¿Quién ha sido?
Me toco el labio y veo que sigue sangrando un poco. Entonces una duda me asalta, ¿delato a Nike o no?
-Nadie, me di contra una roca. -Miento mientras me giro y veo como la cabeza agachada de Nike me mira con una sonrisa, esta vez verdadera y sincera.
-Ja, ja. No te preocupes Neila, no le haré nada.
-¡Nike!
Esas palabras no han salido de mí y veo como la hermosa reina señala a Nike.
-¿Co... Cómo lo sabes? -Tartamudeo.

-Perdónala, mi mujer es vidente y en ocasiones ve... cosas. -Se explica el rey.

-Está bien. Ahora que lo sabes. ¿Nos podemos ir ya?
El rey asiente y un montón de siervos nos acompañan a nuestras habitaciones. Las chicas a la derecha y los chicos a la izquierda. El príncipe Darío estará en una enorme habitación en el centro de todo. Fuera se juntan todas las habitaciones en una terraza.


-Vamos. -En vez de un siervo Darío me coge de la mano y me guía por los pasillos, vamos los primeros y miro para atrás para comprobar, agradecida, que Beid está detrás de mí.
Entro en mi habitación metiendo a Beid y dejando al príncipe fuera.
No hablamos y nos pedimos que nos traigan la cena a la cama. Beid se duerme pronto, pero yo salgo a la terraza compartida. Me parece ver a Nathan y me acerco corriendo. Cuando llego veo, desilusionada que no es Nathan, sino Darío.
-¿Por qué no te gusto?
-¿Estás acostumbrado a volver a todas las tías locas no? -Él asiente y yo sigo hablando. -Pues siento decepcionarte.
-No me has decepcionado. Sólo quiero que me conozcas, para que te puedas enamorar.
-Lo que yo decía... Eres un poco orgulloso y egoísta. Pero no es culpa tuya, sino de el sitio en el que has nacido.
-Pues borra todo lo que tengas en la cabeza sobre mí y conóceme de verdad.
Veo por el rabillo del ojo un rápido movimiento, como si fuera un gato. Pero en ese momento despistada, Darío me coge de la cintura y me besa. Ese beso me recuerda al primer beso que me dieron.
<Fue hace mucho tiempo, yo tenía 10 años.
Estaba tumbada en una pradera cercana a mi casa. Me encontré con un chico de mi edad y vi como me miraba.
-¿Por qué me miras así?
-¿Y cómo te miro?
-Con... deseo.
-Puede que sea así.
Entonces me acercó aún más a él y me besó. Desde ese día no le volví a ver, y ahora que lo pienso su rostro es bastante parecido al de Nathan>
Entro en mi habitación dejando a Darío solo en la terraza y me quedo dormida en mi cama.

jueves, 7 de junio de 2012

Capítulo 3. Beid.

Holaa! En este capítuloo hay una sorpresa para Beid. Espero que os guste.
Salimos pronto de este lugar con tantos recuerdos. Todos los chicos y chicas de 15 años nos metemos en el tren sin formular palabra. Aquí dejo mis ilusiones y mis sueños, mis traiciones y mis pesadillas... Me voy del Sector Koala, seguramente para no volver nunca más.
Durante este año estaremos de sector en sector visitando todos y cada uno de ellos. En estos momentos todos los chicos y chicas de quince años, sean del sector que sean, estamos viajando a Dirdam, la capital de nuestro dividido país. En Dirdam nos encontraremos unos sectores con otros, todos juntos para La Visita. Estaremos durante este año conociéndonos, haremos tanto amistades como enemistades. Durante este año intentaremos encontrar el amor y las parejas que se formen elegirán un sector, común, en el que vivir su nueva vida.
Yo he decidido no enamorarme, sino todo se me hará más y más difícil. Buscaré amigas o algo así y como, por suerte, nunca me ha importado lo que piensen de mí no me importa no caer bien a todo el mundo.
Mientras estoy absorta en mis pensamientos llegamos. Somos los últimos en llegar, puesto que somos el sector más alejado de Dirdam. Miro por la ventana y la escena me deja petrificada, una banda de chicos persigue a una chica. Todos llevamos una chaqueta con el nombre de nuestro sector, así que puedo identificar que los chicos pertenecen al Sector León. La chica a la que acosan es del Sector Cuervo, es un poco alta, morena y con el pelo rizado. Parece asustada y sé por qué. Todos los años los chicos de los Sectores León y Zorro abusan y asustan a los demás. Creo que para sentirse mejor persona.
Me acerco rápidamente a ellos y toco el hombro al que parece el líder. Cuando se gira me quedo quieta, sin poder hacer lo que tenía previsto. Es alto, con un pelo pelirrojo largo y alborotado. Es guapísimo, he de admitirlo.
Me mira de arriba abajo y esboza una sonrisa. No sabía por qué, pero me había metido convertido en su próxima obsesión. Uno de los chicos que sujetaba a la chica, quién me mira con esperanza, el chico se acerca a mí y me coge del brazo derecho. Estamos bastante a la vista de los demás, pero estoy segura de que si chillo me oirán.
Miro a la chica y me hago un gesto al otro chico que la sujeta para que la suelte. Éste niega y yo no puedo consentir que se queden con las dos.
-Apártala un poco. -Dice el líder mientras que me mira cariñoso. Es asqueroso.
-¿Cómo te llamas? -Pregunto a la chica mientras la dirijo una sonrisa.
-Beid. -Responde un poco más calmada.
-Yo soy Neila. -Ella asiente y me devuelve la sonrisa.
-Con que Neila ¿no?- Dice con una sonrisa el jefe, mientras se pone delante de mí. -Yo soy Nike.
-Ja, ja, ja. Como las zapatillas. -Me río por lo bajo.
Debido a eso me mira con una expresión dura y me pega un fuerte bofetón. Pego un pequeño grito de dolor y vuelo a levantar la cabeza y le miro con una sola lágrima en la cara.
-Oh... no llores gatita. -Me dice con la misma asquerosa dulzura que antes, mientras me seca la lágrima de mi rostro.
-No soy una gatita. -Respondo con dureza, alzando la voz. -Tú eres un cerdo, ¿es que tu madre no te enseñó a tratar a las señoritas?
Parece que no le gustan mucho mis presupuestas y vuelve a levantar la mano. Cierro los ojos con fuerza esperando el golpe, y esta vez llega con tanta fuerza que me caigo al suelo. Me toco furiosa el labio y descubro que tengo un pequeño corte en el labio de abajo. ¿Cómo narices se atreve?
-Vale, Beid -digo mientras levanto la vista tras captar de nuevo su mirada -creo que es hora de irnos.
Ella me mira con la duda y la sorpresa reflejada. Nike niega y me intenta coger del hombro, para levantarme del suelo. Esquivo su mano y cuando los demás intentan atraparme me escabullo como muchas otras veces.
-¡Cógela! -Grita sin creérselo Nike.
-Lo siento mucho. -Me acerco a él sin que me vea y le pego un pequeño golpe, haciendo que se corte el labio igual que yo contra la pared. -No podrás atrapar a una chica como yo del Sector Koala.
Se lo restriego con un poco de chulería y me siguen intentando cogerme. Cansados se quedan sentados en el suelo y yo me acerco a Beid.
-¿Nos vamos o qué? -La pregunto burlona.
Ella me mira sorprendida y con los ojos muy abiertos. Ella asiente y cuando estamos de camino con los demás susurra.
-Gracias.
-No hay de qué. Siempre que necesites algo llámame.
-Vale, pero tampoco te creas que no me sé cuidar yo sola. Llámame tú a mí de vez en cuando. No me subestimes.
-Nunca.
Espero que os haya gustado, y que sepáis que cualquiera que quiera pertenecer a la historia que me lo diga!! :D

domingo, 3 de junio de 2012

El Día de las Votaciones

Hago esta entrada para explicar más detalladamente El Día de las Votaciones. Sé que no se entiende muy bien en el capítulo 2 y por eso lo quiero explicarlo aquí. Está escrito por la anciana alcaldesa.

Me levanto pesadamente de la cama y recuerdo el día que es hoy. Mis rodillas no me ayudan mucho y mi hija tiene que venir a ayudarme. Sé que será una gran alcaldesa en mi nombre. Ella se llama Julia y su única hija Renata. Tras desayunar me reúno con mi nieta y tras un silencio me pregunta:

-Abu, ¿hoy es el día de las Votaciones no? -asiento y ella continua, sólo tiene 12 años pero es muy lista, por suerte al ser de la familia del Ayuntamiento no cambiará de sector dentro de tres años. -Y... ¿me podrías explicar de nuevo de lo que va este día?

Sabía que me preguntaría eso, desde que cumplió los cinco años todos los días de las Votaciones me lo pregunta, y yo pacientemente se lo explico.

Me siento pesadamente en el sillón y coloco el cojín en su sitio. Estoy muy vieja y aun que intento no quejarme todo el mundo nota que me duele todo el cuerpo.

-Verás Renata -empiezo - cada año, los chicos y chicas de 15 años vienen al Ayuntamiento y dicen el nombre de un animal. Todos esos animales se apuntan en una lista y al final se hace un recuento. Los siete animales que tengan más votos serán los sectores que podrán elegir los chicos y chicas de 15 años para vivir allí el resto de sus vidas.

-¿Y qué es eso de que visitan durante un año los demás sectores?

-Mira Delia, hay muchos sectores, y los que tienen menos gente están en situaciones... penosas. -Toso ruidosamente y sigo hablando mientras me duele más y más el pecho. -Por lo que hay que darles... un nuevo look -digo para que se ría -entonces durante ese año se arreglan edificios y se construyen nuevas casas. Se prepara todo para que las cámaras y sus familias vean que los que vivirán allí lo podrán hacer sin faltarles nada.

Ella asiente y yo me hago un lío.

-¿Y esto ha sido siempre tan complicado? Vamos, yo veo mucho más fácil que cada uno haga su vida en el sector en el que nace.

-Ya lo sé pequeña -ella tan lista como siempre - pero creo que les apetecía complicarles la vida a los demás.

Me encojo de hombros y decido dormir un poco, mientras Renata va con su madre a preparar las urnas.

Espero que os haya servido de algo, si seguís sin entenderlo, cosa que es muy probable, preguntáis y yo os lo intento explicar.

Capítulo 2. Votaciones.


Este es el segundo Capítulo, sé que llega un poco tarde pero tenía que esperar para las encuestas. Todavía faltan tres sectores así que podéis seguir votando. Disfrutarlo :P
Tras decirle eso a Nathan y a ver tomado mi decisión voy a mi casa para prepararme. A mediodía todos los adolescentes de 15 años deberán ir al ayuntamiento del Sector Panda a decir cuál quiere que sea el sector elegido para su vida. Hay un transcurso, desde los quince hasta los dieciséis, en el que pasas por todos los sectores, nos quedaremos en cada sector una semana o incluso dos. Siempre puedes cambiar de decisión mientras viajas por los sectores.
La verdad es que no me preocupan los demás, su vida será lo que ellos quieran y punto.
-¿Cariño estás lista? -Me saca del trance mi madre.
-Si si.
-¿A qué sector irás?
-Al Lince. -Digo muy convencida.
No veo la expresión de mi madre, situada detrás de la puerta, pero puedo notar como asiente y esboza una sonrisa. La veo entrar por la puerta y rebuscar en el armario. Tras bajar varias cajas cargadas de ropa me da un vestido sencillo, no los típicos que suelen llevar las demás.
-Es... perfecto. Gracias mamá. -Me acerco a ella y le doy un abrazo.
Sale por la puerta y me visto con ese maravilloso vestido. No me hago nada en el pelo y tampoco me pinto nada en la cara. Bajo y me dirijo directamente al Ayuntamiento. Veo como más gente de mi edad anda nerviosa por la calle en la misma dirección que yo. Me miran extrañadas de lo calmada que voy. Y tienen razón, me he preocupado tanto estas semanas que ahora ya no siento nada. Me encojo de hombros y sigo andando.
No recuerdo mucho sobre lo que pasa a continuación. Muchos chicos y chicas se apresuran en las colas para decir cuanto antes su sector y poder irse a casa. Esta noche echarán las puntuaciones por la televisión, un momento muy importante para todos. Llega mi turno en la cola y al acercarme a la señora dijo en voz firme:
-Sector Lince.
La señora se me queda mirando aturdida, luego con asco y seguidamente interesada. Yo paso de ella olímpicamente, como he estado haciendo toda mi vida con todo el mundo. Si alguien me pregunta por mi mejor amiga: Yo misma.
Llego a mi casa y mis padres me miran con aprobación, pues he entrado con una sonrisa dibujada en la cara. Ceno cuanto antes para poder echarme en el sofá y encender la tele. Como todos los años empezamos por el Sector León, la mayoría han votado al Zorro y al Águila. Llega el turno del Koala y por fin vemos los sectores elegidos para este año. De los sectores elegidos sólo los siete más votados estarán en la lista.
Me fijo en la pantalla y aparece nuestra anciana y dulce alcaldesa. Se presenta y dice:
-Y los sectores elegidos para este año serán... Sector León -como no, pienso -Sector Lobo -este es nuevo, y según sé sólo quedan dos personas en él -Sector Tigre -mi padre me susurra al oído que viven cinco personas desde hace muchos años - Sector... ¡Lince!
Salto del sofá y mis padres me felicitan. Desconecto y no soy capaz de seguir escuchando, ya no me importan los demás sectores.

viernes, 1 de junio de 2012

Capítulo 1. Mi historia.

Soy nueva en esto y esperoo poner muchos capítuloss.

Debía estar feliz por irme de este horrible lugar o tener miedo por no saber en dónde me meto. Da igual, hoy cumplo 15 años y debo elegir el que será mi hogar durante el resto de mi vida. Esto funcionaba así desde hace incontables años: cada vez que alguien cumplía los quince le dejaban elegir un animal. Si elegías el águila, por ejemplo, a partir de ese año vivirías en el Sector Águila. Hay pocos sectores en estos momentos, y todos están muy ocupados:

-Sector León.
-Sector Zorro.
-Sector Cigüeña (Aquí es a donde mandan a las madres embarazadas, y cuando el bebé ha nacido vuelve a su Sector)
-Sector Águila.
-Sector Koala (En el que vivo actualmente)
-Sector Panda. (Este es el sector al que se fue mi hermana mayor a vivir.)
Este era mi mundo, compuesto por 6 Sectores y un montón más de territorio vacío o sin ocupar. Los demás sectores estaban deshabitados, pero existían.
El León y el Águila eran los más pedidos; el León era el de los más mortíferos, al del Águila iba la gente que estaba en las nubes, por decirlo de alguna manera. Los pacíficos solían ir al Panda. La gente inteligente iba al Zorro y la gente que quería cuidar niños se iba a la Cigüeña. En mi sector iba sólo la gente más ágil. Mi padre y mi madre se conocieron aquí mientras escalaban un gran árbol milenario. La gente sólo se junta con la gente sus sectores, no se mezclan. Por lo que los chicos que conozca en mi sector serán los definitivos.
Llevaba todo el mes pensando a cuál me iría a vivir, no me gustaba el León, no podía ir al Zorro, el Águila no me gustaba tampoco, al igual que la Cigüeña y el Panda. A los que actualmente están más activos no podía ir, pues no me podía quedar en mi mismo sector. Repaso de nuevo, como otras millones de veces, la lista mental de animales. Tengo la cabeza llena de animales y me empieza a doler. Bajo al salón y veo a mis padres, tan felices como siempre. Me encanta que estén así... tan juntos. Sonrío y me decido a salir a tomar el aire.
-Neila. -Me llama mi padre. Me giro y le invito a seguir hablando. -Piensa en tu animal favorito... Recuerda tu infancia...

Y con esas frases en mi cabeza salgo por la puerta. ¿Qué recuerde mi infancia? Sin darme cuenta de por dónde voy me choco con alguien y me caigo al suelo.

-¡¡Ahí!! -Me quejo.

-Lo siento, lo siento. -Se apresura a decir, por su voz deduzco que es un chico, no es adulto, ni viejo, tampoco es un niño y al levantar la vista veo a un chico más o menos de mi edad, parece un poco más mayor pero es imposible, o ya se habría ido.
-No pasa nada. -Le digo mientras le miro. Tiene el pelo rubio y los ojos verdes. Me recuerda mucho a mí hermano pequeño, él murió el año pasado. Según me contaron un animal le mató.
-Perdona, soy Nathan. ¿Y tú?

-Neila.
-Eres muy guapa, más de lo que me imaginaba. -Me quedo paralizada tras sus palabras y no consigo articular palabra. -¿De qué color tienes los ojos? Es que desde aquí no se ven bien.

Me da la mano y yo la cojo. Me ayuda a levantarme del suelo y me levanta la cabeza con la mano, dulcemente.
-Mi padre dice que son verdes apagados, como los...

-Linces. -Me corta él. Asiento y me peino como puedo mi pelo color rubio ceniza.
-¿Cuántos años tienes? -Le pregunto intrigada. Todavía no me ha soltado la cara y no me molesto. Me quedo hechizada con sus ojos. Veo la hierba de sabana de dónde vienen los linces y me pierdo en ellos, sólo sus palabras me sacan de mi sueño.

-Quince. Igual que tu ¿no?

Asiento y añado:
-¿A qué sector irás?
-De momento no me he decidido, ¿y tú?

Entonces lo recuerdo:
Corre por la hierba de la sabana, una niña de 3 años y un horrorizado conejo. Corren sin cesar y cuando la niña está a punto de atraparle se acerca a su padre y le pregunta:
-¿Por qué huye el conejito de mi papá? -Dice con voz melodiosa.

El padre no hace nada, sólo coge un espejo y se lo coloca delante, seguidamente dice:
-Tu pelo y tus ojos hacen que te parezcas al más peligroso y hermoso lince de todos.

Entonces entiendo todo lo que me ha dicho mi padre. Desde muy pequeña perseguía a animales pequeños y me creía que era un lince. Si me preguntaban mi animal favorito en la primera milésima contestaba que el lince.

-Iré al Sector Lince.